PRINCIPITO
Tiene 61 años. Es bastante nerd. Polera negra ancha. Lentes. Risa nerviosa y constante. Es profesor universitario. Cuando me pregunta por mi edad, me las doy de cool.
-¿Cuántos años te gustaría que tuviera?
-Bueno, eh, me gustan menores de 40, eh...-
Le digo la verdad porque calzo en el espectro. Se fija en mi polera gris, ajustada a mis pectorales. Está caliente y bastante ansioso. Le sigo el juego. Me dejo. Me cae bien. Realmente no me gusta, pero hay algo en su rápida adoración hacia mi que me excita. Observo mi propio reflejo. La cámara ayuda. Me veo mucho más tonificado de lo que verdaderamente estoy. Me dice que le gusta el morbo igual que a mi pero lo suyo es poco invasivo y educado: se pone duro viéndome sin polera, luego con los short desabrochados, finalmente sin nada. Nos damos confianza mutuamente para gemir. Nos tocamos suave, despacio, lento.
- Caray, me tienes verdaderamente excitado, eres delgado, bien formado - exhala cada vez que le pregunto si le gusto y le caliento.
- ¿Quieres que sea tu príncipe? Me gustaría que me trataras como tu principito-
- Ah sí, uf, claro, claro-
- ¿Y cuál sería tu propuesta para un príncipe como yo?-
- ¿Qué rol eres?-
- Versátil-
- Igual que yo, mmm... tener sexo contigo toda la noche, ir una y una.-
Respuesta convencional. Pero insisto, me cae bien.
- ¿Te puedo ver con las piernas abiertas?-
Lo hago y me gusta tanto lo que veo que quiero correrme. Han pasado 10 minutos.
- Ufff, caray, si me sigo tocando, me voy a ir...-
- Hazlo, yo también.-
- ¿En serio?.-
- Sí. ¿Quieres darle la leche a tu principito?.-
- Uf, sí.-
- Yo también tengo mucha.-
Tenemos un orgasmo rápido, profundo y generoso. Chorreo de semen mi torso. Veo su pene chorreado como un helado.
Nos despedimos.
Aunque está más relajado se sigue riendo nervioso.
Que bien por él, ahora podrá concentrarse para hacer su trabajo.
Y yo....
